SANDRA AGÜÍ LUCAS
ALBERTO GARCÍA ÁLVAREZ
CRISTINA GONZÁLEZ VIZCAÍNO
PABLO JOSÉ BENÍTEZ DURÁN
Cada una de estas tres tipologías puede ser leve, moderada o grave.
En este tema trataremos
un problema que se vuelve más evidente cuando los niños y niñas llegan a la
edad escolar y tienen dificultad para satisfacer las demandas del aula, tanto a
nivel conductual como de aprendizaje.
Es el denominado Trastorno por
déficit de atención e hiperactividad, en adelante utilizaremos el término
abreviado TDAH para referirnos al mismo.
Es un trastorno de origen
neurobiológico, evolutivo crónico, que puede ser notable ya desde los 3 años e
intenso a partir de los 6 y que continua en mayor o menor medida a lo largo de
la vida.
En estos momentos es el
trastorno con mayor incidencia en la población infantil, se cree que entre un 3
y un 7% en edad escolar lo presenta en mayor o menor grado.
DEFINICIÓN.
El TDAH es un trastorno de origen
neurobiológico evolutivo crónico
provocado por un desequilibrio de alguno de los neurotransmisores del cerebro,
se caracteriza por la presencia de tres síntomas típicos:
Déficit
de atención/ inatención:
Dificultad de prestar atención y concentrarse.
Hiperactividad:
Desorganización
y excesivo nivel de actividad.
Impulsividad:
Falta de control
en conductas, emociones y pensamientos.
Se estima que lo padece
aproximadamente el 5% de la población infantil-juvenil con mayor incidencia en
niños que en niñas. Sus síntomas suelen manifestarse antes de los 7 años; estas
conductas se manifiestan en al menos dos ambientes de su vida (casa, colegio,
en la calle, etc.)
Las dificultades que presenta el
niño con TDAH les ocasiona problemas escolares, tanto de rendimiento, como
sociales y de integración que, si no son tratados adecuadamente pueden llevarle
al abandono escolar, inadaptación social y desajuste emocional.
ETIOLOGÍA.
El
TDAH no es un trastorno con una única causa. En la actualidad, se desconocen
las causas y los mecanismos relacionados con la presencia del TDAH.
En
estos momentos, principalmente se considera un trastorno de origen neurobiológico
de carácter hereditario. (Barkley y col.,1999).
También se han descrito
alteraciones en el funcionamiento de dos neurotransmisores cerebrales: la
noradrenalina y la dopamina. Estos afectan directamente a las áreas del cerebro
responsables del autocontrol y de la inhibición del comportamiento inadecuado.
EPIMEDIOLOGÍA.
Es
el trastorno más frecuente en la infancia, y el más frecuente también de
consulta en los servicios de salud mental infanto-juvenil.
Un 5% de los alumnos de escuela
elemental pueden presentar TDAH, por lo tanto, existe la probabilidad de
encontrar al menos un niño/a en el aula.
La incidencia de este trastorno
es mayor en niños que en niñas. En una proporción de 4/1.
Niños:
-Más fácil diagnosticar.
-Mayor grado de
hiperactividad-impulsividad.
-Conductas molestas: desorden, falta
de aseo, conductas impulsivas-agresivas con compañeros, enfrentamiento con el
maestro/a.
Niñas:
-Problemas de rendimiento.
-Síntomas ansiosos o depresivos.
-En general, ausencia de
conductas molestas.
COMORBOLIDAD.
Se trata de la asociación del
TDAH con otros problemas psiquiátricos y del aprendizaje.
Es una complicación del TDAH.
Los trastornos más frecuentes que
coexisten con el diagnóstico de TDAH son:
-Trastorno
negativista desafiante
-Trastorno
de la conducta
-Discapacidades
lingüísticas y del aprendizaje
-Trastornos
de ansiedad
-Trastornos
depresivos
-Trastorno
bipolar
-Síndrome
de Tourette
TIPOS.
-Hiperactivo-impulsivo:
TDAH en el que predominan los síntomas
de hiperactividad e impulsividad.
-Inatento: TDAH en el que predominan los síntomas de inatención.
-Inatento: TDAH en el que predominan los síntomas de inatención.
-Combinado: TDAH en el que los niños
presentan síntomas de ambos: falta de atención, hiperactividad e impulsividad.
Este es el tipo más común.
Cada una de estas tres tipologías puede ser leve, moderada o grave.
SÍNTOMAS
TDAH.
Para
ser diagnosticado con TDAH, los niños y niñas deben exhibir seis de los
síntomas en alguna o ambas de estas categorías “A” y “B”.
-No
logra prestar atención a los detalles o comete errores por descuido en sus
tareas escolares, el trabajo u otras actividades.
-Tiene
dificultad para mantener la atención a las tareas o juegos.
-Parece
no estar escuchando cuando se le habla directamente.
-No
sigue instrucciones y no termina las tareas escolares u obligaciones.
-Tiene
dificultad para organizar las tareas o actividades.
-Evita,
no le gusta o no quiere participar en actividades que requieren esfuerzo mental
por un tiempo largo.
-Pierde
los útiles necesarios para completar las tareas o actividades tales como los juguetes,
los lápices, libros o herramientas.
-Se
distrae fácilmente.
-Es olvidadizo durante las actividades diarias.
“B”.
Hiperactividad:
-Está
inquieto con las manos o los pies, o se mueve demasiado mientras está sentado.
-Se
va de la silla en la clase o en otras situaciones donde se espera que
permanezca sentado.
-Corre
o salta excesivamente en situaciones donde es inapropiado.
-Tiene
dificultad para incluirse calladamente en juegos o pasatiempos.
-A
menudo está en actividad o actúa como si estuviera impulsado por un motor.
-Habla excesivamente.
Impulsividad:
-Contesta precipitadamente antes de haber terminado
la pregunta.
-Tiene dificultad para esperar en fila o para
guardar turno.
-Interrumpe o se entromete en lo que otros están
haciendo.